Alter Vita

Porque la vida no es suficiente

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Lugar: Badajoz, Spain

martes, enero 30, 2007

Call center bytes, 3

Comunicado.

Uno de los secretos mejor guardados del call center -aun para sus moradores habituales- es la extrema movilidad geográfica de sus trabajadores. Algunas voces perspicaces -algunas miradas certeras, adiestradas en las geografías de lo invisible- se han alzado a la dirección pidiendo en justicia un sueldo de viajante, coche de empresa y suculentas dietas con las que malcomer en los fast food de esa zona de nadie en la que se alza majestuoso el edificio de EA. La dirección, en respuesta, ateniéndose a la lógica más elemental, calla (y no otorga).

Hay que mirar empero más allá de las apariencias, bordear las 7 horas 45 minutos de pétrea inmovilidad frente al ordenador, atados a sillas anatómicas que sólo te dejan ir al final de la jornada con la desgana de amantes reacios a abrir la cárcel de oro de sus brazos; mirar más allá, digo, para observar el movimiento subterráneo que caracteriza a estos esforzados operadores en el cumplimiento de su deber. Cada uno de ellos, tocado por el signo distintivo del viajero en seco, el auricular -vulgo pinganillo-, salva las más inimaginables distancias geográficas en su empeño por auxiliar al necesitado. Así, si nos fijamos en las expresiones de los rostros quietos, concentrados, veremos cómo aquel trabajador, por ejemplo, se deja arrullar por el lánguido rumor de las olas de una playa lejana, que le susurra al oído melodías dulces como sueños que se desvanecerán al despertar -o al pulsar el botón "fin de llamada". Mientras, aquella otra se agita con el traqueteo de un viejo tren tenazmente encaminado a cualquier destino perdido en la meseta, y casi le apetecería abrir un libro voluminoso con el que cumplir la feliz estampa viajera del tren y su cofradía. Por último, aquel otro le habla al aire viciado de fantasmas de una estación de metro; el llamante, incauto o simplemente apresurado, ha ingresado al subte en Ríos Rosas o Príncipe Pío sin antes llevar a término la llamada, y la información no suministrada, la gestión incompleta pesará entre ambos como una historia de amor que las circunstancias -culpemos al empedrado- han hecho imposible.

Por todo lo dicho, sumo mi voz a la petición de unas condiciones laborales más dignas y acordes a la actividad realizada. Dietas por kilometraje, ya.

(En el siguiente comunicado hablaremos de la peligrosidad laboral asociada al puesto de teleoperador)

Fdo.: El enlace sindical.

3 Comments:

Blogger Agustín Lozano de la Cruz said...

Por que Rios Rosas y no Tribunal, verbigracia? Lo digo porque Rios Rosas esta sobreutilizada (tal vez sea por el runrun acogedor de su triple erre).

Anyway, me ha gustado la intencion. Pero, va a convertirse Alter Vita en una sucesion de pildoras CallCenterianas? Pregunto. Hay quienes aun esperamos que el trainytale llega a estacion termino.

4:54 p. m.  
Blogger Agustín Lozano de la Cruz said...

donde digo triple lease doble :/

12:13 p. m.  
Blogger Julio Abelenda said...

Precisamente por lo "literaria" que es esa estación... Todavía recuerdo aquel ultracorto de Millás, "Ella se bajó en Ríos Rosas", que ambos leímos, cuando tú eras madrileño de adopción y yo me postulaba como el próximo en dar el salto... Como dice Vicente Luis Mora, para quien ha estado en Madrid, volver a su ciudad natal es como vivir permanentemente en las afueras. En las afueras de Madrid, se entiende.

Alter vita se convertirá en lo que buenamente pueda; lo único importante es que siga existiendo... En cuanto al tren de mis desvelos, espero volver a ponerlo en marcha, si consigo salir de la parálisis en que me ha dejado la mirada de Medusa de cierto personaje femenino...

"Ella le está mirando... ella le está mirando... ella le está mirando"

10:32 p. m.  

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