Silent Hill: fiasco bajo la niebla
¿Por dónde empezar?... Sabida es mi devoción por Silent Hill, la serie de videojuegos de Konami que ha revolucionado el género del terror (y no sólo en el ámbito de los videojuegos)... Como sabido es lo mucho que esperaba esta adaptación fílmica, una oportunidad de acercar al gran público la singular propuesta de unos creadores nipones que, como el David Lynch de "Twin Peaks", han conseguido empujar el género de terror un paso más allá... Mi decepción, comprensiblemente, ha sido enorme.
Lo diré de una vez: si aman Silent Hill, no vayan a ver la película.
¿Qué es lo que falla? Demasiadas cosas. Para empezar, adaptar un videojuego al cine no es copiar plano a plano algunos de los mejores momentos del videojuego, o texturar digitalmente las imágenes para darles una apariencia de sprites sobre fondo renderizado... Como tampoco lo es darle a la película una estructura de videojuego ("encuentra tal objeto, que te servirá de pista para ir a tal sitio, donde tendrás tal enfrentamiento con tal monstruo"). Silent Hill era mucho más complejo que todo esto. La adaptación, creo, se ha centrado demasiado en la forma y demasiado poco en la filosofía de fondo.
La película es rara. No funciona como tal (pero tampoco, ya lo he dicho, como adaptación de videojuego). A ello contribuye el aspecto paradójicamente mejor del conjunto, la música de Akira Yamaoka, directamente importada de la serie de juegos. No hay duda de que las composiciones del músico japonés han revolucionado el concepto de música para videojuegos; soy un ferviente seguidor de Yamaoka, y espero cada nuevo Silent Hill, entre otras cosas, por la banda sonora... Pero en una película pretendidamente convencional, quedan, ya lo he dicho, raras. También, la extraña narrativa, a saltos, los diálogos confusos y, siendo benevolente, poco trabajados, y el aspecto surrealista del conjunto (que tan bien daba en los juegos) contribuyen a esa sensación de extrañeza que, de manera inmejorable, la chica sentada detrás de mí en el cine ilustraba a cada poco con la sentencia "qué paranoia"... Una cosa es saber transmitir la sensación de descontrol, de "qué está pasando aquí", que tan magistralmente conseguían los juegos... Otra es hacer un batiburrillo sin pies ni cabeza y hablar de "narrativa experimental, procedente de otras formas de arte".
Luego: el argumento. Una vez más, Hollywood demuestra que toma por tontos a los espectadores, brindándonos una versión simplificada (por decir algo) del riquísimo argumento original. La película adapta más o menos el primer Silent Hill (con guiños -la mayoría ridículos, meramente estéticos- a los otros juegos de la saga), cambiando al protagonista masculino (ese sufrido, inolvidable Harry Mason) por un elenco de mujeres guerreras que harían temblar de satisfacción a ZP y sus cruzados de la corrección política (en ese sentido, son terroríficas -en el peor sentido de la palabra- algunas frases que, inevitables en el cine americano, nos regalan una lección de ideología conservadora sobre el valor de la maternidad, los vínculos madre-hija y demás zarandajas que pintan ligeramente mal en un survival horror). Toda la trama del dios oscuro incubado en el seno de una niña inocente, base del juego (y de la saga entera, qué caray) desaparece sustituido por una trama mucho más masticable de grupo fanático religioso que dedica sus ratos libres a la caza de brujas (debe de ser que aún tienen reciente "el asuntillo" de Salem). Es como la simplificación del "caso Fénix" en "X-Men 3: la decisión final", pero sin gracia ninguna (y, encima, con sesgo ideológico y discursito sobre el valor de la tolerancia etecé etecé). Luego, el tema de los planos entre los que se mueve Silent Hill está más o menos respetado, como la sujeción de la oscuridad viviente a los deseos de venganza de una niña horriblemente torturada... Esa parte se salva, con un 5 raspado (no profundiza ni una mínima parte de lo que lo hacía el videojuego).
Por salvar algo, decir que las partes en que Silent Hill se sumerge en el "otherside" (las partes chungas, vaya) son bastante convincentes, asfixiantes como en el juego, terroríficas como hacía tiempo no se veía en cine... Pyramid Head es un monstruo particularmente aterrador (aunque claro, sin la compleja historia de su nacimiento como encarnación de la parte oscura de James Sunderland -véase/juéguese Silent Hill 2), y en general el elenco de bichitos hace su trabajo "actoral" con bastante dignidad (más que las actrices, que oscilan entre lo patético y lo risible)... Una excepción son las enfermeras, que parecen haber gustado bastante a la peña pero que, para mí, parecen salidas de un mal vídeo de Marilyn Manson...
¿Qué tenemos, en resumen? Una película que no funciona como tal, que adapta pobremente el videojuego y sólo se salva, escasamente, por la estética... Todos sabíamos que, a poco que se inyectaran los suficientes dólares, Silent Hill se parecería a Silent Hill... Lo que algunos ingenuamente creímos es que llegaría a serlo.
Lo diré de una vez: si aman Silent Hill, no vayan a ver la película.
¿Qué es lo que falla? Demasiadas cosas. Para empezar, adaptar un videojuego al cine no es copiar plano a plano algunos de los mejores momentos del videojuego, o texturar digitalmente las imágenes para darles una apariencia de sprites sobre fondo renderizado... Como tampoco lo es darle a la película una estructura de videojuego ("encuentra tal objeto, que te servirá de pista para ir a tal sitio, donde tendrás tal enfrentamiento con tal monstruo"). Silent Hill era mucho más complejo que todo esto. La adaptación, creo, se ha centrado demasiado en la forma y demasiado poco en la filosofía de fondo.
La película es rara. No funciona como tal (pero tampoco, ya lo he dicho, como adaptación de videojuego). A ello contribuye el aspecto paradójicamente mejor del conjunto, la música de Akira Yamaoka, directamente importada de la serie de juegos. No hay duda de que las composiciones del músico japonés han revolucionado el concepto de música para videojuegos; soy un ferviente seguidor de Yamaoka, y espero cada nuevo Silent Hill, entre otras cosas, por la banda sonora... Pero en una película pretendidamente convencional, quedan, ya lo he dicho, raras. También, la extraña narrativa, a saltos, los diálogos confusos y, siendo benevolente, poco trabajados, y el aspecto surrealista del conjunto (que tan bien daba en los juegos) contribuyen a esa sensación de extrañeza que, de manera inmejorable, la chica sentada detrás de mí en el cine ilustraba a cada poco con la sentencia "qué paranoia"... Una cosa es saber transmitir la sensación de descontrol, de "qué está pasando aquí", que tan magistralmente conseguían los juegos... Otra es hacer un batiburrillo sin pies ni cabeza y hablar de "narrativa experimental, procedente de otras formas de arte".
Luego: el argumento. Una vez más, Hollywood demuestra que toma por tontos a los espectadores, brindándonos una versión simplificada (por decir algo) del riquísimo argumento original. La película adapta más o menos el primer Silent Hill (con guiños -la mayoría ridículos, meramente estéticos- a los otros juegos de la saga), cambiando al protagonista masculino (ese sufrido, inolvidable Harry Mason) por un elenco de mujeres guerreras que harían temblar de satisfacción a ZP y sus cruzados de la corrección política (en ese sentido, son terroríficas -en el peor sentido de la palabra- algunas frases que, inevitables en el cine americano, nos regalan una lección de ideología conservadora sobre el valor de la maternidad, los vínculos madre-hija y demás zarandajas que pintan ligeramente mal en un survival horror). Toda la trama del dios oscuro incubado en el seno de una niña inocente, base del juego (y de la saga entera, qué caray) desaparece sustituido por una trama mucho más masticable de grupo fanático religioso que dedica sus ratos libres a la caza de brujas (debe de ser que aún tienen reciente "el asuntillo" de Salem). Es como la simplificación del "caso Fénix" en "X-Men 3: la decisión final", pero sin gracia ninguna (y, encima, con sesgo ideológico y discursito sobre el valor de la tolerancia etecé etecé). Luego, el tema de los planos entre los que se mueve Silent Hill está más o menos respetado, como la sujeción de la oscuridad viviente a los deseos de venganza de una niña horriblemente torturada... Esa parte se salva, con un 5 raspado (no profundiza ni una mínima parte de lo que lo hacía el videojuego).
Por salvar algo, decir que las partes en que Silent Hill se sumerge en el "otherside" (las partes chungas, vaya) son bastante convincentes, asfixiantes como en el juego, terroríficas como hacía tiempo no se veía en cine... Pyramid Head es un monstruo particularmente aterrador (aunque claro, sin la compleja historia de su nacimiento como encarnación de la parte oscura de James Sunderland -véase/juéguese Silent Hill 2), y en general el elenco de bichitos hace su trabajo "actoral" con bastante dignidad (más que las actrices, que oscilan entre lo patético y lo risible)... Una excepción son las enfermeras, que parecen haber gustado bastante a la peña pero que, para mí, parecen salidas de un mal vídeo de Marilyn Manson...
¿Qué tenemos, en resumen? Una película que no funciona como tal, que adapta pobremente el videojuego y sólo se salva, escasamente, por la estética... Todos sabíamos que, a poco que se inyectaran los suficientes dólares, Silent Hill se parecería a Silent Hill... Lo que algunos ingenuamente creímos es que llegaría a serlo.
3 Comments:
Mala cosa... más o menos lo sospechaba, pero quería estar equivocado.
Lo de cambiar a Harry Mason por una madre y decir que su hija ha sido secuestrada por una secta no tiene perdón.
Creo que ya no me apetece verla.
No he jugado al videojuego, así que no puedo hacer comparaciones entre ambos, pero como película es muy pobre y no aporta a nada, tiene para comentar no sólo un comentario sino casi un libro (eso te lo dejo a ti) de lo simplona que es. Me limito a decir que básicamente estoy de acuerdo en casi todo lo que pones....
De acuerdo con alter Vita: sin más, una pelicula extraña tirando a descarajada y absurda en su argumento, que consigue algunas escenas memorables (esa orgia de alambre de espino que emana de la niña como un cristo crucificado en la cama...; esas enfermeras de cabaret psicótico, voraces y tetudas, espásticas). Pero el conjunto es flojo, en ocasiones los diálogos mal construidos y las proclamas muy gastadas. Para rematar, los detalles tipo encuentro llave que abre puerta y cogo papel que me indica salida... puafff.
Y que decir de la policia de longilineos muslos y lubricada pistola? POr qué no unos momentos de solaz lésbico entre la heroína de la rebequita y la policía de los cueros?
Otra oportunidad perdida
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